Yoshimi se pule

THE FLAMING LIPS - "At war with the mystics" (2006)/Warner Bros.


Me sacaba los audífonos al mismo tiempo que confirmaba mis sospechas. Mozzer había sacado su disco mas pomposo y autoindulgente a la fecha ("Ringleader of the tormentors"). Una pena luego de lo logrado con el "You are the quarry". Así que con la misma poca expectativa me dirigí a oír lo último de The Flaming Lips. Aún recuerdo cuando sonaba She don't use jelly en Doble 9, allá a inicios de los 90 y con el apogeo del grunge. Y luego el video que pusieron en MTV, cuando esta cadena aún tenía algo de rescatable. De eso ya pasó mucha agua bajo el puente y nada menos que 11 álbumes. Yo que contaba menos, al haber escuchado solo el primerizo "Transmissions from the satellite heart" (1993), extractos del "Clouds taste metallic" (1995), el alabado (aunque yo no le vea mucha gracia) "The Soft Bulletin" (1999) y, claro, "Yoshimi battles the pink robots" (2002). No hay duda que, junto con la llegada de David Friedman (para bien o para mal), el sonido de los Lips mutó hacia algo mas apacible y melódico (¿maduro dicen?), aunque también mas épico y orquestado, que se puede ver en los 2 últimos albumes que menciono. Con "At war with the mystics" se sigue la linea, no hay duda.

Ya había oído The Yeah yeah yeah song, canción pegajosa y un tanto infantil. Free radicals casi hace que tire los audífonos al suelo (remedo del peor Prince). Pero luego, con "The sound of failure" y "My cosmic autumn rebellion" las cosas felizmente vuelven a su sitio. Es con estas canciones, creo yo, que se marca el derrotero del resto del disco: la psicodelia siempre presente (basta escuchar el instrumental The wizard turns on), con sus guiños soulescos (y eso que yo el soul no lo trago), vistos en el mejor y mas emotivo corte Mr. ambulance driver (con sus sirenas mas), y algún retorno a sus inicios (Haven't got a clue ...aunque... ¿no suena el inicio a la versión que hizo Café Tacuba de No controles?). Un tanto mas orgánicos que lo hecho contra los robots rosados, tampoco es que con esta guerra mística se acerquen a Black Sabbath (¿por donde????), como alguna vez la banda afirmó por ahí. Como dije, hay sus excesos (coros-gritos innecesarios, o saturación sonora, el sello Friedman, etc) y un par de temas-furúnculos que no logran malograr una mas que correcta producción, que habrá que ver como funciona en directo.
http://www.flaminglips.com/main.php

Oscilaciones Sonoras a 38°00’ Latitud Sur (Parte 1)

Festival SónarSound Buenos Aires (Marzo 2006)

Lo que hace interesante la rutina diaria es mantener constantes obsesiones, que por minúsculas que sean, siempre andan rondando, desarmando el orden habitual. Una de esos temas que repetidamente activaba aquella sensación de ansiedad cada inicio de verano europeo era el festival Sónar que se realiza en Barcelona, donde los mejores creadores (y mezcladores) de música electrónica se juntan en 3 días con alternativas desde el más clubber al más vanguardista. Con la propuesta mas importante de la escena electrónica en el mundo, los críticos y organizadores del evento (Advanced Music) lo denominan "el" Festival de Musica Avanzada y Arte Multimedia - y probablemente tengan razón-. Definitivamente la calidad de las propuestas y estilos (han pasado desde el terror neuronal de Coil hasta el glamour party de Miss Kitten – que le ha acarreado las fuertes críticas por el tono de arty party del festival en los últimos años -) que durante 36 horas transforma a los asistentes en una comunidad electrónica, donde comunes se entrelazan con artistas, productores, DJ’s y empresas en un escenario abierto a la interacción.

Luego de algunos años al otro lado del Atlántico, un aura de decepción me rondaba, pues nunca llegue a estar en ese festival por distintas razones; pero con el antecedente de los Sonar Events alrededor del mundo, la esperanza de un newsletter sobre algún evento en Sudamérica era permanente. Es así que me entero de que una versión 2006 del Sonar Event se realizara en Buenos Aires, casi dos años después que un cartel absolutamente impensado para Latinoamérica (LCD Soundsystem, Akufen o Four Tet por ejemplo) se presentara en Sao Paulo. La decisión de pedir vacaciones, y dejar Lima por un fin de semana, estaba tomada.

Ya habían pasado tres días bastante agitados en la ciudad porteña, cuando nos toco trasladarnos el sábado en la noche a Costa Salguero para asistir a este festival que no solo nos proponía una velada de buena música avanzada – que tal cliché -, sino también de expresión de arte multimedia, el cual tiene un papel preponderante no solo como complemento de las propuestas sonoras, sino donde las imágenes funcionaban como piezas con vida y concepto propio.

Con el fin de hacer tangibles las diferentes propuestas del festival, la organización no tuvo mejor idea que dividir (como es usual también en Barcelona) en tres espacios bastante individuales, bajos los conceptos de Sonar Club, Sonar Park y Sonar Cinema.

El primero con un cartel bastante orientado a propuestas mas de cara a la pista de baile y a pureza alectronica: el techno house de Laurent Garnier como plato de fondo, con la previa del techno plastico de Isolée y el dub tecnológico de los ingleses Plaid , además de los beats del local Carlos Alfonsin. Sonar Park nos ofrecia propuestas electrónicas menos ortodoxas, como su propio nombre nos aconseja, busca la congruencia de estilos, como en un parque con una diversidad amplia, buscando opciones sonoras (y además visuales) que tomen influencia del hip hop y cultura de la calle (DJ Yoda), eclecticismo sonoro (Darshan Jesrani), post punk (Colder) y repeticiones tropicales (Diplo). Finalmente Sonar Cinema, nos dio la oportunidad de tener en Latinoamérica, diferentes trabajos de donde el sonido era la temática general, sin importar si provenía de instrumentos (Cinema Concrete), como respuesta de la calle (Blue potencial / Jeff Mills) o de la agitación regular de esta vorágine llamada sociedad (Tokio Noise).

La noche comenzaba con sus diferentes propuestas, las cuales teníamos que empezar a degustar. Primer destino la mitad de Metro Area y su sorprendente gusto musical
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Pagina de Sonar:

Dos de tres

MANDERLAY / Dir. Lars Von Trier - Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Francia, Holanda (2006)

Siempre tengo mis reparos frente a las segundas partes. Y si además estas forman parte de una trilogía o similar, pues mas aún. Se me viene a la mente aquella de Kieslowsi (Azul, Blanco, Rojo), para la cual me demoré una eternidad en completar (por mas que siempre las estuve buscando y rebuscando) y que, al final, me dejó un gusto un tanto insípido.

Por otro lado, Dogville (2003) fue una película que, como a muchos, me descuadró. Desde el formato teatral, pasando por lo crudo de la historia y rematando con el tremendo desenlace. Luego supe que aquello era solo el comienzo y que a Grace (Nicole Kidman en ese entonces) le esperaban nuevas aventuras.

Y es en Manderlay (2006) en donde Von Trier se reafirma. Luego de lo pasado en Dogville, Grace, su padre y cía. dan por casualidad con este poblado perdido en alguna parte del sur de Estados Unidos y perdido también en el tiempo, ya que parece que allí nunca llegó la noticia de la abolición de la esclavitud. Con esta fábula, el fundador del Dogma 95 arremete directamente contra la sociedad gringa. Cierto que se hace extrañar la Kidman, pero aquí Bryce Dallas Howard no se queda atrás, dandole énfasis a la ingenuidad del personaje.

Cabe recalcar que me causan mucha gracia algunos críticos del "Imperio decadente" (llamado así por un amigo compatriota que reside en DC desde hace unos años) que tildan a Von Trier de criticar "lo que no conoce". Es que parece que los únicos con autoridad de hacerlo son ellos mismos. De más esta decir que espero con muchas ansias Washington y el cierre de la trilogía.

http://www.manderlaythefilm.com/