Entre las cuerdas

COLLEEN - "Les ondes silencieuses" (2007) / Leaf

Le hablaba al Chato Heston el otro día del último disco de Stars of the Lid, al cual no dudé en catalogarlo de música utilitaria. Le decía que era insuperable para hacer yoga o meditar. En serio. O para fumarte un troncho (aunque eso ya lo dejé, lo prometo). Para otra cosa podría aburrir suberanamente. Me descargué un tiempo después el último de esta francesita que se esconde bajo el seudónimo de Colleen, que FAC 081675 tan entusiastamente nos la coló en la lista de lo mejor de 2005, pensando que correría igual suerte.

Pero no. Aunque sí, para lo anterior también sirve. Sin embargo, a diferencia del "Golden Morning Breaks" (2005) y de sus producciones anteriores, aquí se dejan de lado los tímidos beats electrónicos y los samples, abrazando sin miedo un universo puramente orgánico y casi medieval. Cécile Schott (que así se llama) se aventura a utilizar instrumentos tan rebuscados como la viola da gamba, o el spinet, que le añaden a su representativo violonchelo una vasta gama de matices, en donde los silencios pueden cobrar casi la misma fuerza que los vientos o las cuerdas. Es entonces que la etiqueta ambient se termina de deshacer, ante una carga emocional que nos invade en oleadas y nos transporta desde nuestros mediocres cubículos improductivos hacia una nebulosa atemporal de satisfacción. Ejem, perdón, esto en lo que a mi respecta.

Ahora en serio, hazme caso, deja lo que estés haciendo y date el tiempo de descargar el archivo adjunto (el primero de todos) y ponerte los audífonos. Ya no será necesario poner la mente en blanco o concentrarse en un punto fijo. Sólo habrá que dejarse llevar por las notas (o la ausencia de ellas, ya se dijo) por poco más de media hora. Y luego, dejemos con un poco de paciencia que la propia Cécile nos lo cuente:



Oír (desde myspace)

Bajar (rapidshare)

Autismo grunge

LAST DAYS / Dir.Gus Van Sant (2005) EE.UU.

No hace mucho dí marcha atrás. Cayó a mis manos un CD de Screaming Trees y le presté la atención debida. No me dijo mucho, pero sirvió para rebuscar en mis recuerdos y desenterrar algunos momentos emblemáticos de inicios de los 90. Tampoco indagué demasiado, pero he de decir que lo único que me sonó atemporal fue Nirvana. Ni siquiera Pearl Jam, que en aquella época idolatraba, se salvó del anacronismo. El grunge ha envejecido mal, pues.

Dos años ha tardado en llegar a España (no quiero pensar cuando tardará en llegar al Perú, si es que alguna vez) esta adaptación "ficcional" de Van Sant sobre los últimos días de Kurt Cobain. Y con esto, cerrar (por lo que he leído) una especie de trilogía experimental, que tuvo capítulos anteriores con la hipnótica Gerry (2002) y la trepidante Elephant (2003), y que llegó justo después de terminar (esperemos que sea cierto) con su etapa más mainstream, leáse Good Will Hunting (1997) y Finding Forrester (2000). La trilogía se puede entender al ver los elementos en común en los 3 films: planos muy largos, contemplativos, una cámara que sigue a los personajes como un individuo más, repitiendo escenas que se ven desde distinto ángulo, desvelando detalles que no se veían en el anterior, como avanzando en círculos. Y tal vez lo más importante, que las 3 historias tienen un hecho trágico en su haber (en 2 de ellas real).

Con Last Days Van Sant se toma bastante libertades. Es más, se jacta de no haber hecho investigación alguna. Nos muestra a un Cobain (Blake en la película) ensimismado en sus fantasmas, deambulando con torpeza por el bosque que rodea la gran casona en donde la banda y sus allegados (por así decirlo) han decidido instalarse, escapando de casi todo el contacto humano posible. Alrededor de él unos patéticos Grohl y Novoselic (bueno, Luke y Scott) cuya mayor gracia reside en las 2 que traen a cuestas, grato descubrimiento de servidor: Nicole Vicius y Asia Argento. Corta y poco afortunada aparición de Kim Gordon (un poco de convencimiento para recitar 4 líneas, por favor!), inversamente proporcional a la certera y fugaz "presencia" de Courtney Love, o cómo se llame en el film.

Michael Pitt es quien da vida al susodicho con bastante acierto, dándole un encanto extra, al ser este señor también músico y componer e interpretar 2 canciones, las únicas del film, y en los mejores momentos del mismo, que bien podrían haber sido escritas por el finadito. Cabe nada más advertir a los fans acérrimos de la banda, esos que esperan una biografía al uso, con banda sonora de rarezas, que esta película no es para ustedes.

Trailer

Colofón

Concierto de Of Montreal, Apostle of Hustle y Malajube. Sala Apolo /BCN junio 2007

Es que el festival no empieza el jueves y termina el sábado. La ola de conciertos ocupa las 2 salas de Apolo en los días previos (esta vez estuvieron Centro-Matic, At Swim Two Birds y Oslo Telescopic, por mencionar algunas) y cierra el día domingo de resaca, a la cual yo nunca me apunté. Pero esta vez habían razones de sobra para variar. El lunes feriado (no me pregunten por qué) y el fichaje in extremis de otra de mis bandas favoritas, Of Montreal, convertían en imperativo el estar presente.

Así que abrimos fuego con Apostle of Hustle, el proyecto paralelo de Andrew Whiteman, lider de la megabanda Broken Social Scene. Empezaron a tiempo y con mucho punche, dándole a My sword hand's anger y a National Anthem of Nowhere, dos de los puntos fuertes de su irregular y recién salido segundo álbum. Pero después el show fue decayendo. En algún momento Whiteman se quitó la boina y colgó unas banderolas, transformando en chingana el escenario, tratando de meterle un toque folklórico a su presentación (como, del mismo modo, intenta hacerlo en su música), con cajón y maracas incluidas, soltando los temas más flojos que le conozco, cerrando con una nada agraciada Haul away. Tal vez si el orden hubiese sido inverso me hubiese dejado un mejor sabor de boca.

Siguieron estos canadienses de Malajube, gritones, sinfónicos, vulgarmente sincronizados. Con canciones todas con la misma estructura. Un sufrimiento interminable que aguanté estoicamente, pudiendo haberme arrancado a ver a The Orchids en la sala contigua. Más pudieron las ganas de preservar mi lugar ante lo que vendría después, y para lo que guardaba mis últimas reservas de lucidez.

Lleno a tope en la Sala Apolo cuando Kevin Barnes y sus burbujitas salen al escenario, casi todos disfrazados, pasando debajo del ecran en donde se proyectó imaginería tan kitsch y rara como los títulos de sus canciones (monigotes corriendo con cabeza de martillo y tenazas por manos, por ejemplo). Y con ellos, la fiesta. Como inyectando descargas eléctricas al público moribundo, luego de los 3 días de jolgorio, se sucedieron unas a otras: Suffer for fashion, Heimdalsgate like a promethean curse, Sink the seine, Cato as a pun, Gronlandic edit (con Barnes haciendo de gigante), She's A Rejecter (a golpe de saltos), A sentence of sorts in Kongsvinger, Faberge falls for Shuggie, todas del reciente "Hissing fauna, are you the destroyer?", mientras que del Sunlandic Twins (2004) soltaron las entrañables Requiem for O.M.M.2, I Was Never Young(se extrañaron las trompetas), So begins our alabee, Oslo in the summertime, la joda instrumental que es October is eternal (que sirvió a Barnes para un oportuno cambio de vestuario y no, Luisito, no se desnudó en público), cerrando de la mejor forma con The Party's Crashing Us, para terminar de ponerme contento. Bueno, luego hubo el correspondiente bis y se pusieron a tocar un cover de David Bowie, que por lo menos me sirvió para escabullirme instantes antes del final y así evitar la tromba de gente a la salida. Mientras daba con mis restos en el alabado sea metro me preguntaba si tal vez este fue no sólo mi último Primavera Sound, si no tal vez mi último festival, que uno ya no está pa' estos trotes.

OF MONTREAL - Gronlandic Edit

Tono Dance Punk


En palabras de nuestro amigo Angel:

¿Estás harto de bailar Rock Lobster de B52s en el Sargento por enésima vez? ¿Te aburre el progressive trance y todos los tataranietos de Kraftwerk? ¿Tampoco quieres quedarte en tu cuarto viendo Werner Herzog y escuchando The Idiot de Iggy Pop? Pero… ¿dance y punk? Allá por fines de los setenta y comienzos de los 80s grupos ingleses como Gang of Four, Public Image Ltd., Joy Division, Delta 5 y A Certain Ratio empezaron a fusionar las guitarras fracturadas y la voz desafinada del punk con las gordas y ultra-bailables líneas de bajo del dub africano. En Nueva York el saxofonista James Chance junto a grupos como 8 Eyed Spy, Bush Tetras, Liquid Liquid y ESG inyectaron oscuridad, ruido y heroína al dance, funk y disco. Ahora, grupos como !!!, The Rapture, Radio 4, Out Hud, LCD Soundsystem y Tussle vuelven a la carga con esos ritmos endemoniados fusionados ahora con la electrónica, el industrial y el hip hop. Así que si creíste que los 80s se agotaban en A Flock of Seagulls, Duran Duran y Depeche Mode o que lo único que bailarías en este invierno sería La Rueda de Frankie Ruiz en un tono más sobrepoblado que campo de concentración, afortunadamente estabas equivocado.

Comienzo y final (parte III)

FESTIVAL PRIMAVERA SOUND 2007. Forum / BCN mayo-junio 2007

Al menos esta vez si hubo papelito. Un miserable A4 pegado en la caseta de información que indicaba que los Klaxons habían cancelado (¡Qué pena!) y que su lugar, a las 3:35 AM lo ocuparía Battles. ¿Y quién tocaría en el escenario ATP a la hora que Battles estaba programado inicialmente (las 0:00)? Nadie. ¡Qué genios de programadores! Aunque, hay que decirlo, la mayoría del público salió agradecida con el cambio, ya que no habría cruce Battles-Sonic Youth. Tal vez yo habré sido uno de los pocos. O el único, que este cambio le jodió la agenda y le dejó un forado entre las 21:00 y la 1:30 sin NADA interesante que ver. Pero vayamos a los hechos.

Kimya Dawson

¡Qué cómodo empezar en el Auditori! Bien sentado, a oscuras, sin humos invasores. Y lo de la ex Moldy Peaches estuvo de lo más simpático con su show antifolk. Cálida, bromista, lisurienta.¨Last time I came to Barcelona I made a baby". Invitando a participar al público, olvidándose de sus letras. La gente invadió los escalones para arremolinarse más cerca de quien se sentía muy rara tocando en tales condiciones. Terminó la velada invitando al respetable a hacer una ronda, que luego se cerraría girando alrededor de ella.

Shannon Wright

Hipnotizados. Primero dejando sus torturas al piano, luego jadeando y meneándose a la guitarra, después de nuevo al piano. Solo me despertó del trance una bomba fétida con redondez forma humana que aterrizó al lado mío en medio del concierto ¡Qué asco de personaje! Entonces me dí cuenta, en la vuelta de Wright a las teclas, que el acoplamiento (luego de la agitación en las cuerdas) le costó un tanto, haciendo el cover de Asleep (The Smiths) un poco descompasado, para luego coger forma de nuevo y cerrar de gran forma. Incomparable.

Venía Jonathan Richman y nos echaron del Auditori, perdiendo nuestra cómoda cuarta fila. Desistimos de volver entrar (otra de las gracias administrativas) al ver la cola gigante, además que lo de Richman era sólo por curiosidad. Nos conformamos con ver a Ted Leo y sus Pharmacists y a Durutti Column (que ya había visto hace un par de años en el Sónar) sin mayores emociones.

Architecture in Helsinki

Ya me lo olía. Sobre todo tras oír su último álbum, que coquetea con el hip-hop sin recatos. A partir del prometedor Fingers Crossed (2004), con ese pop lo-fi un tanto naive, creo que la banda ha ido hacia caminos más bailoteros. Cuesta abajo, para mí. El concierto fueron puros saltos y gritos invitando a la algarabía desbordada, que mucha gente recibió de buen ánimo. No me incluyo.

Patti Smith - Standstill - The Good the Bad & the Queen - Sonic Youth - Lisabö

Hablaba del hueco. Lo mejor de la legendaria Patti fue el sánguche "White Stripes" (queso, tomates secos y salsa pesto) que me empujaba mientras veía a la señora cantando Smells like teen spirit, una de las tantas gracias que se manda a interpretar en su descartable álbum de covers. Standstill es una especie de cruce entre Lucybell y Muse. Cogiendo lo peor de ambos. The Good y etc... ¡Pero qué porquerías hace Albarn últimamente! Primero Gorillaz, y ahora esto, por no mencionar las últimas cosas que hizo con Blur. Un suplicio. Más tarde, la banda de Kim Gordon se puso a tocar el Daydream Nation al completo, tal vez el disco que menos me gusta de la juventud sónica (fans de la banda: apedréenme). Lisabö dicen que es hardcore en euskera. Al menos el típico ritmo hardcore en batería nunca lo oí, aquel que en su época tocaban GBH, 7 Seconds o Minor Threat. Así que me sonó a otra cosa. Me fui resignado al escenario ATP, a mirar los minutos pasar ante el escenario vacío. Cerca de la 1 se apareció alguien de la organización a avisar a los allí presentes (que no éramos pocos) que, por si no lo sabíamos, el concierto de Battles se había pasado a las 3 y media, a lo que la gente respondió entre risas y abucheos.

Grizzly Bear

Creo que fue el segundo día, en horas tempranas. Ví a un par de giles con instrumentos en mano y acento gringo, uno bien chato con pinta de hindú y el otro narizón y alto, igualito a Carmelo Gómez. "¿Quiénes serán estos lornazas? Mejor no digo nada que se me ocurre que estarán detrás de una gran banda", pensé. Así que no fue tanta mi sorpresa cuando vi al mismo dúo al frente del grupo que está detrás del mejor álbum de 2006, según la humilde opinión de los redactores de este blog. Daniel Rossen, Ed Droste y cía. ofrecieron lo mejor de sí, empezando con las notas de Easier, pero metiendo otra canción dentro de ella (¿nuevo tema?), luego enlazaron una tras otra las canciones de su "Yellow House", resaltando Knife (ver) y el gran final con On a neck, on a spit. Aunque no sé a quién se le ocurrió invitar a Zach Condon (Beirut) y un tarado VJ de MTV a dar palmas y bailes en el escenario (ver).

múm

Podría haber visto un pedacito de Wilco. Era el día de Wilco, una de mis bandas favoritas. Pero más pudo la comodidad del lugar en el que estaba en las gradas, que ya los he visto 2 veces y que el último álbum, por más que esté bueno, no lo es tanto como los anteriores. Y yo esperaba ver a estos islandeses desde hacía tiempo. El punto en contra era la hora (la música de múm a las 3:00 AM puede arrullar al más reacio). Pero no fue tal. El par de nuevos fichajes femeninos se encargaron de mantener al público atento, y los nuevos temas del álbum que está por venir sonaron de lo más bien (en especial Don't pull his legs off), por más que ahora estén dejando la base electrónica. O al menos eso parece. Mis restos se pasearon por el escenario de Battles antes de emprender retorno a camita.

SHANNON WRIGHT - Black little stray

Comienzo y final (parte II)

FESTIVAL PRIMAVERA SOUND 2007. Forum / BCN mayo-junio 2007

Viernes por la mañana. Bueno, no, las 5 PM, que no parecían. Nadie lo fue a ver. Aunque había más gente en las gradas o tumbada en el pasto de la que se ve ahí. Y no es que me interesara mucho lo de Death Vessel, pero era lo que tocaba, por horario y alternativas. Parecía broma cuando asomó así sin presentarse, pudiendo pasar por sonidista (si hasta de negro iba) y no estuvo mal, si a uno le gusta el folk (ver). Aunque si de público escaso hablamos, antes ya había estado viendo a unos Kiev Cuando Nieva, que sonaban mejor en myspace. Bueno, tampoco ayudó el atronador ruido invasor del escenario contiguo, donde estaban haciendo "pruebas de sonido". Eramos 40 personas. Contadas. Lo de Portastatic después tampoco cambió demasiado el panorama. Se dejaron oír y mejoraron hacia el final. Pero ya no son Superchunk hace rato.

Billy Bragg

Habló y contó chistes de monjas más de lo que tocó ¡Pero qué tal showman puede ser este señor! Además, puso en manos del público a elegir si una canción de Bob Dylan o una de Elvis Presley. Tras votación pareja (servidor eligió a Dylan), se puso a tocar una de los Carpenters cagándose en todo el mundo, para interrumpirla con un "Oh, so you actually thought I was gonna play that crap? Fucking Bob Dylan!" y Don't think twice it's alright (según me acotan) corrigió el rumbo. Ya sólo por el buen rato valió la pena la excursión al Auditori. Porque nunca como este año se volvió la cosa así, no solo por la distancia (inevitable) si no porque había que salir del recinto para luego entrar al sitio este (larga cola mediante, si uno quería ver el concierto desde el principio) y al terminar otra larga cola para volver a entrar. Como para pensárselo 2 veces.

Blonde Redhead

Primer "must" del día (y casi primero del festival). Lo dividieron por la mitad. Una para promocionar "23", su último (y muy buen) álbum y la otra para tocar algo anterior para los fans, que los había en más cantidad de lo que pensaba. Resultado? Muy bueno por ratos, aunque abusaron de voces y hasta guitarras pregrabadas. Y otras veces parecía que el fuerte viento se la iba a llevar a la ondulante Kazu Makino con todo y micro. Me quedo con Dr. Strangeluv y Falling man.

The Fall

Esto fue una regresión. Ante mí pasaron las imágenes de mí mismo hace 20 años, con los pelos parados, los jeans rotos, la casaca negra con la A atrás, los brazaletes de púas. Y el tipo éste cantando como si recitara, siempre en la misma postura. Edu me decía que James Murphy saca de Mark E. Smith mucho de su estilo vocal. Me quedó clarísimo. Se pone los guantes, se pasea por el escenario y empieza a joder a los músicos, bajándoles los amplis, le quita el micro a una que parece su hija (y que seguro se la levanta en sus ratos libres). Pura intensidad. Me quedé boquiabierto. Eso pasó.

Band of Horses

Ni Beirut (que me disculpe el Chato Heston) ni Spiritualized (que me perdone JAC). El infame triple cruce de horarios se inclinó al final a favor de esta banda de Seattle y no me arrepentí. Aunque un puto micrófono estuvo a punto de joder la velada. Primero soltaba descargas eléctricas y luego no funcionaba. Wicked Gil la tuvieron que arrancar de nuevo. Que igual sonó estupenda. Así como The funeral, The first song, The Great Salt Lake y en especial Weed party. Me tuve que ir antes que acabara para al menos ver una parte de Sr. Chinarro en donde el sonido ahí sí que dejó mucho que desear. Demasiado bajo y la voz de Luque (que de por sí ya es grave) casi ni se oía. El rayo verde y Del montón y a curiosear un rato lo que hacían Maxïmo Park al lado. Para qué. Esta nueva pose de Paul Smith con el sombrerito. Todo demasiado sobreactuado. Me quedo con el recuerdo de lo que ofrecieron en 2005 y eran una banda emergente y no las estrellas que se creen ahora.

Modest Mouse

"¿Me dejas pasar?" La banda de Isaac Brock empezaba a agrarrar vuelo con Float on, así como el numeroso público empezaba a dar saltos. Empezaba a contagiarme de los guiris (léase: turista por lo general noreuropeo que vienen a España en búsqueda de playas y fiesta) que eran clara mayoría en un recinto más bien pequeño. Y la maldita interrupción. Volteo y miro a una fulana con 4 cervezas en las manos, miro a mi alrededor y solo veo una masa compacta de cuerpos agitándose. "A donde te voy a dejar pasar? (m'hijita)". Vuelvo a lo mío, tratando de retomar donde estaba. Cuando lo vuelvo a oír, más fuerte "¿Me dejas pasar?" Ya ni volteo y la susodicha no duda en espetarme "¡Hijo de puta!" ...? "¡La tuya!" Pero ya no me oye, la veo rodeando a la gente y avanzando a trompicones, en su importante tarea de llevarles las chelas a su grupete de amiguitos en medio de la euforia de uno de los conciertos más esperados del festival. Pasada la anécdota, el caso es que la banda se centró en sus 2 últimas producciones, dejando a los fans de toda la vida un tanto frustrados. Eso sí, una sorpresa ver a Johnny Marr con la misma pinta que cuando tocaba en The Smiths, como si los años no hubiesen pasado en vano.

Built to Spill

Bueno, antes tocó Low, que gustó mucho a sus incondicionales. Al que escribe le dio mucho sueño. Igual, una vez terminado, como con un resorte, salté de las gradas a posicionarme en las primeras filas ante uno de mis más esperados conciertos. Con retraso y con problemas de sonido que se arrastraban desde lo de Band of Horses, líneas arriba. Desde donde estaba, la voz de Martsch se oía muy bajo y por más que el hombre se quejó, la cosa no se arregló nunca. Los más críticos dirían que tocaron sin ganas. Tampoco ayuda que Doug sea más seco que un pié. Pero igual lo disfruté como nunca: Carry the zero, Else, Goin' against your mind, Made up dreams, Strange, Stop the show. Y lo mejor fue cuando hice contacto telepático y le pedí a Doug que por favor se tocara "esa" canción mientras sacaba la cámara. No lo podía creer cuando hacía click y veía mis deseos recompensados (con perdón por el sonido):

BUILT TO SPILL - Fly around my pretty little miss

Comienzo y final (parte I)

FESTIVAL PRIMAVERA SOUND 2007. Forum / BCN mayo-junio 2007

Se aproximaban las 6 de la tarde y el último rush en el curro se me confundía con la media sonrisa que tenía al estar próximo el comienzo de estos (ahora) 4 días de música en vivo casi ininterrumpidos. Así que me escapé media hora antes del toque de campana, calculando llegar lo suficientemente a tiempo para acreditarme con calma y tontear un poco antes del concierto de Herman Düne a las 20:15, primero en mi "itinerario". Conforme me fui acercando a la plataforma aquella de concreto con la mole triangular de Herzog y De Meuron (que cada día me gusta menos) me llamó la atención la poca señalización y la medio escondida posición del punto de canje. Llegado ahí me tocó la cola que horas más tarde sería la perdición para los tardones. Lo mío fue chancay de a 20 comparado con las colas de 1 o 2 horas (según supe) que otra gente tuvo que sufrir. Lo que decía, falta de información, señalización, orden, personal, entre otros nos hacían prever que esto solo sería una de las tantas perlas que aparecerían conforme el festival siguiera su curso.

Herman Düne

Falta de olfato. O de viveza. O qué sé yo. El tema es que a estos señores los reprogramaron para que tocasen 1 hora antes de lo previsto, esto sin que te lo avisen a la entrada, sin que lo peguen en algún papel. Nada. Edu y yo nos intalamos al frente del escenario Rockdelux preguntándonos que habría pasado con Comets on Fire que no tocaban. Se habrán caído del cartel. Mientras me enseñaba su nueva I-pod a mis oídos llegaban tonadas que me sonaban familiares, pero que no terminaba de identificar. La música de fondo, será. Más adelanta y por otro sector del recinto, nos encontraríamos con una pareja amiga de Edu, que nos contaron del cambio de horario y ahí cobré conciencia de mi falta de olfato. Aquello que había oído antes a lo lejos era la banda en cuestión en plena performance. En el trayecto de regreso al escenario Estrella Damm el lado femenino de la pareja en cuestión me comentaba con cara de aburrimiento que cada año dice que no volverá al Primavera Sound, y que cada año termina cediendo. Que cada vez es menos lo que rescata de las bandas nuevas (ponía como ejemplo la broma de No-Neck Blues Band del año pasado) y que estaba cansada de las bandas que repiten edición tras edición (Sonic Youth). Pero como a mi más me interesaba alcanzar siquiera el final de los ya citados, corté la cháchara para apurar la marcha y al menos alcanzar el final del concierto. Que fue eso. Lo único que ví, 2 canciones un tanto sosas y a enrrumbar pa' otro lao.

Dirty Three-Melvins-Elvis Perkins-Slint

Lo expertos en llegar a los finales. Eso parecía, ya que luego de aburrirnos con el set de Dirty Three, un inusual trío de violín, guitarra y batería, cogimos rumbo (otra vez) hacia el ATP y llegamos justo cuando Alexander Tucker tocó las últimas notas de su repertorio. De buena gana me hubiese quedado ahí a esperar la aparición de Elvis Perkins, hijo del desaparecido Anthony Perkins (el actor de Psicosis), pero más pudo la curiosidad de Edu por ver algo de metal (porque eso de grunge, muy poco). Influencia de muchas bandas (Nirvana a la cabeza), a los Melvins nunca les he encontrado mayores gracias (ver extracto). Así que luego de sufrir unas cuantas canciones finalmente logré convencer a mi escudero a volver nuestros pasos hacia el ATP. Correcto lo del folk del señor Perkins, pero algo monótono luego de la tercera o cuarta que te soplas. Empezaba Slint (si, los míticos, los imprescindibles, blablabla) y ooootra vez a moverse de escenario. Pero en esta oportunidad ya ví que tendríamos que forzosamente separarnos para el resto de la noche, ya que más podían mis ganas por ver el directo de una banda primeriza en el escenario adyacente.

Parenthetical Girls

"I wanna have a picture with Billy Corgan" Reclamó al menos un par de veces Zac Pennington, con esa voz a medio camino entre Brian Molko (Placebo) y Brett Anderson (ex Suede). Y el correspondiente look andrógino, claro. Musicalmente más en la onda Suede (para mayores impresiones, ver parte de la gracia acá o curiosear su myspace aquí). Recomendados por un compatriota, programa de radio mediante, salí bastante convencido por lo ofrecido por estos versátiles músicos (cambiaron de instrumento en cada una de las canciones), a pesar de los escasos 30 minutos de presentación y de una no tan afortunada versión de OMD al final.

Smashing Pumpkins

A ver. Nunca fui fan. Ni en sus momentos de gloria (si se quiere). En su época me gustaron algunas canciones sueltas, esas que se sabe todo el mundo. La última etapa de estos ya la sabemos, por no decir la de Corgan en solitario. Pero bueno. Sale al escenario el pelado con gigantezca bandera de fondo, túnica sacerdotal (ya sabemos que el tipo se la cree sin remilgos) y nueva agrupación. De los Pumpkins originales solo está el resucitado Jimmy Chamberlain. Iha y D'Arcy quedaron fuera, ya que Corgan decidió rearmar el grupo con "músicos profesionales" (?) El repertorio, correcto, dentro de lo esperable. Un miti-miti entre temas nuevos (que sonaron bien torrejas) y sus clásicos, que hicieron que sus innumerables fans allí presentes llegaran al éxtasis. De todo lo que tocaron (que fue bastante), sevidor se queda con Thirty three, Cherub rock y ésta.

Fujiya & Miyagi

Mi sorpresa particular. Este trío inglés (porque no son dúo, ni tampoco japoneses) era lo único que, a priori, me rescataba el día. Pero más que nada por descarte, siendo además mi opción para evitar tener que soplarme a los White Stripes, a la misma hora. Se tocaron casi todo el "Transparent Things" (2006) y la canción que me los hizo conocidos, Electro-karaoke. Lograron congregar un buen público, propiciando al baile, a pesar de ser un escenario secundario. Al final serían también lo más cerca a la electrónica que estuve en todo el festival, y de la cual hubo bastante. Terreno que compete más a nuestro FAC 081675.

FUJIYA & MIYAGI - Transparent things

Pasajes de una vida imberbe y miserable

THE TWILIGHT SAD - "Fourteen Autumns And Fifteen Winters" (2007)/ Fat Cat

En las secundarias de Escocia se inhala un pegamento distinto al del resto del mundo: uno que adhiera la niebla húmeda al cerebro, uno que estampe en la memoria, escenas de melancolía y pena. Pasar por catorce otoños y quince inviernos escoceses puede ser la invitación impostergable al suicidio. O a formar tu banda y buscar el gran disco, el clásico: tu propio Psychocandy, tu The Three EPs, tu The Boy With The Arab Strap, tu Screamadellica. Tu propio Heaven Or Las Vegas.

Dejan paso entonces esas huellas de adolescencia y el martilleo incansable de los recuerdos, al devenir de un lenguaje musical propiamente británico. Entre guitarras que reverberan, baterías que adhieren una energía adolescente a la lista de reclamos adolescentes (la portada dice muchísimo de este disco) y un lejano acordeón, The Twilight Sad suelta ese rollo tan viejo como la humanidad: incomprendido entre la flaca de turno, tus viejos, tu familia, tus amigos. Una fórmula que había llevado, con menos fortuna y talento, Travis a fines de la década pasada, y hasta ahí llegamos con la comparación: lo de Cold Days From The Birdhouse es una síntesis del disco -shoegaze, noise, britpop y un dramatismo digno de Mogwai para romper el lirismo a punta de batería. La lista de bandas que los influencian no llama la atención acá, sino la calidad y maestría para deshacerse de ellas y lograr un lenguaje coherente.

No es que la adolescencia se haga mas miserable, en última, en Glasgow. En Lima también te tienes que bancar ese teatro tragicómico, con un cielo de fondo que asegura ser la imágen de tu destino, puntualmente en cada invierno. También la humedad inunda tus pulmones, (y con equipos de futbol que no ganan nada que no sea el campeonato local)... la adolescencia es miserable, acá, allá y en la China. Pero en Glasgow tienes otra banda sonora, y eso hace la gran diferencia.

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The Twilight Sad - Cold Days From The Birdhouse