A falta de pan

CROSSING BORDER FESTIVAL. Koninklijke Schouwburg y otros / La Haya, noviembre 2008

Ya lo había detectado hace un año, cuando todavía era un recién llegado, pero en su momento, por más de tener una numerosa colección de bandas, el que escribe no se terminó de animar por este festival cercano. Sin embargo, esta vez la historia sería otra, ya que una de las bandas revelación de este año, no solo para mi, si no para mucha de la llamada prensa musical, se dejaba caer por ahí. Fue así que al ver a los Fleet Foxes dentro del primer grupo de bandas confirmadas me decidía a agenciarme el ticket de día sin vacilaciones. La grata sorpresa vendría más adelante, cuando los horarios se confirmaban (a escasos 4 o 5 días que el asunto empiece) y me topaba con otro de mis descubrimientos, Women, programados en partida doble a última hora, como soporte a Chad Vangaalen y luego ya en solitario, como se debe.

Para empezar, llegamos tarde. La conexión entre Amsterdam y La Haya es aún peor que la que la conecta con Zoetermeer. Así, solo pudimos ver la parte final del concierto de Shearwater, que, al menos en ese lapso, sonó bastante bien. El escaso tiempo libre antes de la presentación del ya mencionado Vangaalen lo usé para descifrar en donde estaba la sala misteriosa en la que tocaría Women y de paso averiguar la hora en que los había programado, lo cual me costó sudor y lágrimas. Entre la mala información de los organizadores, mis problemas de orientación, la lluvia, entre otros, me la pasé saltando de local en local hasta dar con el bendito "De Illusie", un localucho con un gran portón de madera a la vuelta de la manzana, sin ningún cartel o seña además de una fotocopia pegada con scotch donde salía que había que esperar hasta las 23:30 para ver a esta gente.

La sala que le tocó a Chad Vangaalen (autor además del afiche promocional) parecía un pase de prensa. Llena de sillas plegables, todas muy cerca de la pequeña tarima que hacía de escenario, más un público mediano en cantidad pero muy efusivo, ayudaron a crear un ambiente inmejorable. Aparte de lo ofrecido por Vangaalen en lo musical, con su voz temblorosa y distorsionada, armado de guitarra, armónica y ocasional banjo, haciendo que su correcto último álbum ("Soft airplane") sonara aún mejor en directo. Piel de gallina total con temas como Willow tree, Cries of the dead, Molten light o la euforia de Bare feet on griptape. Hacia el final se despediría del público de esta forma:
- So what do you wanna hear now? a soft song? or a rock song? or...
- Rock!
- OK, but the thing is I don't have any rock songs, so I will just play something that stands in between. Something that starts soft and then grows in intensity, like a pennis slowly getting harder in your mouth. OK?

Lo de Fleet Foxes después, fue harina de otro costal. Aunque antes alcancé a ver 3 temillas siquiera de Isobel Campbell + Mark Lanegan (que tampoco daba para más) en el escenario estrella del festival, la sala de teatro con 3 o 4 mezzanines. En contraste, el local que le pusieron a los de Seattle era claustrofóbico, repleto a más no poder, me tenía que empinar, torcer el cuello y cambiar de posición constantemente para alcanzar siquiera a verles los pelos (por qué serán los holandeses tan altos?). En lo musical, correctos, sin alumbrar demasiado, con pocas pausas y con mucho énfasis en las voces, que son casi toda la gracia de su propuesta de folk sureño. Empalmaron canciones como Sun giant, Drops in the river y Red squirrel/Sun rises o White winter hymnal (desafortunadamente fuera de ritmo) y una muy potente Ragged wood. Otros momentos afortunados también serían Quiet houses, He doesn't know why, Your protector y muy en especial English house, Blue ridge mountains y una enorme Mykonos cerrando la velada. No así Tiger mountain peasant song, en donde Robin Pecknold invitó a 2 advenedizas a que se suban y le hagan los coros, con resultados cuestionables.

Nos faltaba Women y un hueco de 1 hora, que usamos para deambular sin rumbo fijo entre escenarios y vías de circulación. Un pedazo de Tindersticks, otro de Tom Baxter, algo de The Moi Non Plus. Women empezaron tarde y olían a improvisación. Tampoco ayudaba mucho la sala, que ya por fuera tenía mala pinta, por dentro no era más que un local okupa con muy mal sonido. Por otro lado, si el aporte de Women a Vangaalen fue fundamental (bajo y guitarra ocasional), el aporte de éste último a los mismos fue más bien prescindible, por no decir, fastidioso. Segunda voz fuera de sitio, así como sus teclados y efectos. La versión cruda e innecesariamente sucia de Group transport hall así lo demostró. Algo mejor estuvieron Lawncare y Black Rice (la voz casi no se oía). Y para mejorarnos la expresión sonaron como debieron Sag Harbor bridge, Upstairs y una enorme Shaking hands. Inexplicable dejada de lado de Cameras soltando un tema de Devo para el bis (no me pregunten cuál) en un concierto además de imperfecto, demasiado corto. Para otra vez será.