De velos y otras cosas

PERSEPOLIS / Dir. Vincent Paronnaud & Marjane Satrapi (2007) Francia, EE.UUU.

Hace un par de años que mi cuñada se convirtió al Islam, con todo lo que esto implica. Digamos que es algo a lo que mi familia política no se termina de acostumbrar, en buena parte porque, conforme el tiempo va pasando, ella (o el, y ella en consecuencia) se está inclinando por el ala más conservadora del mismo, algo que el que escribe atribuye a una impetuosa juventud y, según me cuentan, a interpretaciones del Corán un tanto subjetivas. Una cultura y religión que por estos pagos tienen detractores acérrimos como un engendro llamado Geert Wilders y su película anti-Islam que causa conmoción nacional antes que se distribuya y/o proyecte. Todo indica a que correrá igual suerte que Pim Fortuyn y Theo Van Gogh.

Por esto y otras cosas, dudo mucho que mi nueva pariente se acerque a ver lo que Marjane Satrapi ha plasmado en esta historia autobiográfica de dibujos animados, que antes fuera un exitoso comic, según leo. Aunque lo allí mostrado no sea solamente una crítica a las leyes represivas impuestas por un Shah apoyado y solventado por los ingleses hace unos 50 años y que a día de hoy aún se mantienen, en este Irán que ahora es tan enemigo de Occidente. En medio de velos impuestos, desfilan ante nuestros ojos la revolución islámica y la guerra Irán-Irak, vistas a través de las experiencias de una niña, primero, y de una joven exiliada en Europa, después. Una historia que a pesar de ser trágica, no deja de lado la ironía y el sarcasmo. Con una buena dosis de escenas hilarantes. Como aquella de la adolescente Marjane en busca de música "prohibida" en las calles de Teherán o, más adelante, la inmersión de la misma en la escena underground vienesa, frente a una banda hardcore de las buenas. Como para despeinarse.

Por otro lado, ya sé que no puedo hablar de actuaciones. Y que la versión que vi no es la de la lengua original (francés). Pero que nadie me diga que Iggy Pop dándole voz al tío Anouche no esta bastante mejor que el original.

Tal vez me la baje y un día que venga la cuñada, le pongo la cinta sin que se de cuenta. Y si logramos que la vea completa, nos diga luego qué le pareció sin que el marido le sople.

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