No sé cuando pasó, pero el cable llegó a mi casa y me cambió un poco la vida. O me la jodió otro poco más, ya que mis pocas excursiones al exterior se redujeron cero. Me enganché a las películas de HBO y Cinemax, las series de Sony (algunas de dudosa reputación, lo admito), la NHL, la NFL, la MLB. Fue también la época en que más usé el ahora olvidado VHS, por eso de grabar algo de madrugada y verlo a la mañana siguiente. En una de esas, queriendo copiar algo en Film & Arts (¿o era el otro?), me topé con un programa musical singular, donde el anfitrión presentaba bandas ubicadas en escenarios alrededor del mismo, para luego tocar música en vivo mientras la cámara rotaba en cada turno. Hablo del
Later with Jools Holland, claro, por donde han pasado muchos grupos de peso, principalmente a lo largo de los 90.
Fue gracias a este señor, dotado además en los teclados y ex miembro de
Squeeze, que descubrí a una de las bandas mas entrañables de las que hoy en día copan el panorama indie. En aquella oportunidad presentaban el "Summerteeth" (1999) y quedé predido a
Can't stand it. Me tomó bastante tiempo poder hacerme con el disco, que a pesar del tufo beatle-esco (nunca fui fan de los de Liverpool), tenía otra joyas como
A shot in the arm,
I'm always in love,
Nothing'severgonnastandinmyway (again) o la preciosa (en palabras de Gonzalito)
How to fight loneliness.
Luego vino, ya sabemos, el "Yankee Hotel Foxtrot" (2002), que a El Chato Heston le hizo reapreciar el country y a mi me pareció una correcta incursión-experimento en la electrónica, en donde la sombra del ex Sonic Youth Jim O'Rourke ya se hacía notar. Algo que tal vez habría hecho intuir lo grande e insuperable que a la postre parece resultar el "A Ghost is Born" (2004, mi
N.1 sin dudas ni reconsideraciones), que además a servidor le ha tocado ver en vivo una vez colgado de una valla (Primavera Sound 2004) y otra en un inolvidable y difícil de igualar concierto de casi 3 horas de duración en la sala Razzmatazz. Es que a lo ya obtenido le sumaron una buena dosis de noise y krautrock, lo que nos llevaría a cuestionarnos cuál sería la ruta a seguir en su siguiente entrega ¿Más experimentación? ¿Más bulla? ¿Arpas? ¿Más canciones tipo
Less than you think? (tonos disonantes de unos 15 minutos de duración). No, no, no y no.
A pesar que O'Rourke ya forma parte fija de la plantilla, parece que el señor Tweedy ha decidido calmar las revoluciones y dar el giro hacia sus orígenes, dejando un poco atontado al personal, hay que decirlo. "Sky Blue Sky" suena a disco amable, sin aspavientos, coqueteando por momentos con el innombrable AOR (Adult Orientated Rock). Empezamos con
Either way, que se balancea con gracia, pero le falta algo.
You are my face, a través del punteo, nos hace saborear algún rastro del álbum anterior, que queda bastante mejor con
Impossible Germany, la mejor por lejos de este largo. Lo más cercano a Sonic Youth también. Mientras
Sky Blue sky, Side with the seeds,
Please be patient with me,
Live me like you found me y
On and on and on siguen la misma línea de la apertura.
Pero aún así, es sorprendente como un disco menor de Wilco puede estar bastante por encima de lo ofrecido por muchas bandas en lo poco que vamos de 2007. Es que queda claro que ya sin esfuerzo a los de Chicago les salen las cosas bien. Y esa carátula. Lo mejor de todo. Sobre todo que me hace recordar el momento aquel en que, abrazado a Roos, veía a Tweedy y compañía interpretando
Theologians, con la pantalla detrás ofreciendo aves en vuelo. Cursi, ya sé. Casi tanto como darme cuenta que este es el post número 100 de este humilde blog. Casi nada.
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