Sobre las olas

THE SEA & CAKE - "Everybody" (2007) Thrill Jockey

No me gusta la playa. O, mejor dicho, ya no me gusta como antes, que hasta me hice fan del bodyboard. No puedo aguantar mucho rato bajo los rayos del sol y la sombrilla estorba y es insuficiente. Aunque igual esto empezó bastante antes de mudarme a esta ciudad de playas artificiales, mar de taza y arena de construcción. Me acuerdo de las playas de piedras de la Costa Verde y de cómo alguna vez alguien me dijo que había gente que prefería las piedras a la arena. Preferían la incomodidad de los desniveles para acomodar la toalla y los golpes de pedruzcos en los pies en la orilla, a tener la arena pegada al cuerpo. Ir a la playa sin arena, de eso se trataba.

Así que para avivar la memoria veraniega recurro a bandas como ésta. Que tampoco significa que la haya oído en aquella época. Mejor no digo qué cosa escuchaba en esos tiempos. Sin embargo, bien podría afirmarlo, ya que The Sea & Cake tiene en escena más de 10 años y 7 discos en su haber (basta verle la calva al cantante). Después de unos comienzos lo-fi, en el 97 aparece el álbum "The Fawn", que se puede percibir como el engranaje de esa primera etapa con una segunda (para muestra un botón), acompañada de sintetizadores y con mayor cuidado en los arreglos, tirando siempre hacia el pop, pero ya con una clara base jazz y bossanovesca. Así salieron los muy recomendables "Oui" (2000) y "One Bedroom" (2003). Así avanzaban en paralelo a su banda hermana Tortoise, proyecto a cargo de John McEntire, que en The Sea & Cake se limita a las baquetas y que tira aún más hacia el jazz. A partir de ahí se esparció el rumor de separación, que como dije aquí, se atenuó el golpe con lo que ofrecía en solitario su líder de susurrante voz Sam Prekop. Rumor que felizmente se limitó a ser solo eso. O la gente se amistó luego de romper, vaya uno a saber.

Y si, a primera escucha de "Everybody" se podría decir alegremente: "más de lo mismo". Nos queda claro que de este grupo no vamos a esperar el disco rupturista, ya que sigue una línea clara y en ella van los matices, algunos más acertados y claros que otros. Y tal vez, dentro de esos parámetros, estemos ante lo más logrado de los de Chicago. Up on crutches, Too strong, Middlenight, Coconut, Lightning, Introducing, Left on (con su placentera dosis instrumental) nos confirman lo dicho. Aunque por ahí salga algún punteo tecnocumbiero como en Exact to me (plop!). Mantienen la línea como pasa con Stereolab, pero con más bríos, si valen los comparativos. Y siguen siendo mi banda de ir a la playa sin quemarme.

Oír aquí (myspace)

Bajar aquí (mediafire)


Middlenight, en el Tijeras (ja, mentira, parece por lo chiquito)