Oscilaciones Sonoras a 38°00’ Latitud Sur (Parte 2)
Festival SónarSound Buenos Aires (Marzo 2006)
Como en cualquier situación donde una persona se enfrenta a un variado menú, con algunos platos desconocidos, la primera reacción es el comparar en base a información anteriormente recolectada; y asì podemos perder propuestas que simplemente fueron mal descritas o subjetivamente calificadas. Eso fue lo que nos paso con Darshan Jesrani, ya que a priori parecía una de las alternativas menos interesantes, pero el 50% de Metro Area nos demostró porque sus producciones al lado de Geist son común denominador en los mejores clubs de NY, pues nos sorprendió con un set de cara al baile, donde la música de espíritu negro (desde funk hasta house) nos invadió con un repaso de hits que nos dio la impresión de estar en una reunión de amigos poniendo los discos pop que nos encantan. Probablemente lo único que jugo en su contra fue la hora, muy temprano para recibir su sensibilidad musical.
A mitad del set de Jesrani, nos movimos a ese gran hangar que era SonarClub, para escuchar y ver la propuesta musical e ideológica del duo londinense Plaid. Bastante mas rápido que en estudio (además que reprodujeron su sonido mas plástico y menos acuoso) nos impartieron una lección de cómo integrar teclados sintéticos con steel drums sin perder la melodía característica, pero esta vez con menor influjo dub. De hecho que los visuales de Bob Jaroc hacen que la propuesta de Plaid sea tangiblemente humana, y hasta en cierto puntos “politica”.
Aun impresionados con la propuesta multimedia de Plaid, regresamos al Sonar Park para comprobar la viabilidad de la propuesta de Colder; luego de un inicio bastante oscuro y llevando al extremo las interpretaciones de cada uno de los miembros de la banda con “Losing Myself” y “Wrong Baby”, el trabajo en el escenario del francés Marc Nguyen fue diluyéndose, especialmente en el intento de recrear esos parajes tan solitarios y sombríos de su anterior álbum “Again”. Aunque aparentemente el mejor trabajo del galo, esta sobre las perillas del estudio, aquella visceral versión final de “To The Music” no la pudo resistir ni el propio Gustavo Cerati que se encontraba a mi lado.
Luego de casi media hora de espera, a las 2:00 am comenzó, lo que al menos para este servidor era el plato de fondo del festival: el set del alemán Rajko Müller. Isoleé, a su manera, nos regalo un repaso por gran parte de su trabajo musical y dándonos una lección lo que el microhouse realmente es: techno minimal para bailar. Lisérgica corriente electrónica de continuos beats de onda mas plática fue lo que este alemán nos brindo por casi una hora, recorriendo versiones y revisiones de sus clasicos “Rest” y “We Are Monster”, complementados por las pegadas visuales de tinylittlelements.
Venía la hora de reposar un rato y dejarnos llevar por la película de serie B de la historia sonora que es el set de DJ Yoda (probablemente uno de los DJ mas innovadores y arriesgados del panorama actual). Este londinense, nos impresiono con la tan depurada técnica para mezclar con habilidad el “cut and paste”, el scratch, y principalmente la fuente de sonidos: clásicos del “old skool” del hip hop, electrónica, house, pop y el rock (o algunos no tan clásicos que te hacen dudar si realmente no puedes disfrutar de ellos- Rick Astley o Queen por ejemplo), y fragmentos de películas, donde los diálogos e imágenes se acoplaban perfectamente en un perfecto rompecabezas. Definitivamente no voy a olvidar cuanto disfruté la cachetada que le dieron al rellenito cadete en “Full Metal Jacket” (Kubrick), los diálogos de “Scarface” (De Palma), los gritos de Homero Simpson, y cuanto baile con Michael Jackson, Madonna, Grandmaster Flash, Run DMC, entre otros. No tengo duda que es uno de esos espectáculos que tienes que verlo antes de morir.
Eran mas de las 4 am, cuando me di una vuelta a escuchar a Laurent Garnier, pero como siempre me pasa en los festivales, estaba tan cansado, que tuve que salir y dejar a medias el set, el cual tampoco me dejo nada nuevo: buen Detroit techno, Acid y Deep House con el sello de calidad de este francés.
Al llegar al hotel, la satisfacción por el festival era total, de hecho con expectativas superadas (DJ Yoda), con alguna ligera decepción (Colder) y actos con la calidad que esperaba (Plaid e Isoleé); pero igualmente por el tiempo perdí algunas buenas opciones como disfrutar mas del set de Laurent Garnier o Diplo; es el costo de oportunidad en los festivales.
Como en cualquier situación donde una persona se enfrenta a un variado menú, con algunos platos desconocidos, la primera reacción es el comparar en base a información anteriormente recolectada; y asì podemos perder propuestas que simplemente fueron mal descritas o subjetivamente calificadas. Eso fue lo que nos paso con Darshan Jesrani, ya que a priori parecía una de las alternativas menos interesantes, pero el 50% de Metro Area nos demostró porque sus producciones al lado de Geist son común denominador en los mejores clubs de NY, pues nos sorprendió con un set de cara al baile, donde la música de espíritu negro (desde funk hasta house) nos invadió con un repaso de hits que nos dio la impresión de estar en una reunión de amigos poniendo los discos pop que nos encantan. Probablemente lo único que jugo en su contra fue la hora, muy temprano para recibir su sensibilidad musical.
A mitad del set de Jesrani, nos movimos a ese gran hangar que era SonarClub, para escuchar y ver la propuesta musical e ideológica del duo londinense Plaid. Bastante mas rápido que en estudio (además que reprodujeron su sonido mas plástico y menos acuoso) nos impartieron una lección de cómo integrar teclados sintéticos con steel drums sin perder la melodía característica, pero esta vez con menor influjo dub. De hecho que los visuales de Bob Jaroc hacen que la propuesta de Plaid sea tangiblemente humana, y hasta en cierto puntos “politica”.
Aun impresionados con la propuesta multimedia de Plaid, regresamos al Sonar Park para comprobar la viabilidad de la propuesta de Colder; luego de un inicio bastante oscuro y llevando al extremo las interpretaciones de cada uno de los miembros de la banda con “Losing Myself” y “Wrong Baby”, el trabajo en el escenario del francés Marc Nguyen fue diluyéndose, especialmente en el intento de recrear esos parajes tan solitarios y sombríos de su anterior álbum “Again”. Aunque aparentemente el mejor trabajo del galo, esta sobre las perillas del estudio, aquella visceral versión final de “To The Music” no la pudo resistir ni el propio Gustavo Cerati que se encontraba a mi lado.
Luego de casi media hora de espera, a las 2:00 am comenzó, lo que al menos para este servidor era el plato de fondo del festival: el set del alemán Rajko Müller. Isoleé, a su manera, nos regalo un repaso por gran parte de su trabajo musical y dándonos una lección lo que el microhouse realmente es: techno minimal para bailar. Lisérgica corriente electrónica de continuos beats de onda mas plática fue lo que este alemán nos brindo por casi una hora, recorriendo versiones y revisiones de sus clasicos “Rest” y “We Are Monster”, complementados por las pegadas visuales de tinylittlelements.
Venía la hora de reposar un rato y dejarnos llevar por la película de serie B de la historia sonora que es el set de DJ Yoda (probablemente uno de los DJ mas innovadores y arriesgados del panorama actual). Este londinense, nos impresiono con la tan depurada técnica para mezclar con habilidad el “cut and paste”, el scratch, y principalmente la fuente de sonidos: clásicos del “old skool” del hip hop, electrónica, house, pop y el rock (o algunos no tan clásicos que te hacen dudar si realmente no puedes disfrutar de ellos- Rick Astley o Queen por ejemplo), y fragmentos de películas, donde los diálogos e imágenes se acoplaban perfectamente en un perfecto rompecabezas. Definitivamente no voy a olvidar cuanto disfruté la cachetada que le dieron al rellenito cadete en “Full Metal Jacket” (Kubrick), los diálogos de “Scarface” (De Palma), los gritos de Homero Simpson, y cuanto baile con Michael Jackson, Madonna, Grandmaster Flash, Run DMC, entre otros. No tengo duda que es uno de esos espectáculos que tienes que verlo antes de morir.
Eran mas de las 4 am, cuando me di una vuelta a escuchar a Laurent Garnier, pero como siempre me pasa en los festivales, estaba tan cansado, que tuve que salir y dejar a medias el set, el cual tampoco me dejo nada nuevo: buen Detroit techno, Acid y Deep House con el sello de calidad de este francés.
Al llegar al hotel, la satisfacción por el festival era total, de hecho con expectativas superadas (DJ Yoda), con alguna ligera decepción (Colder) y actos con la calidad que esperaba (Plaid e Isoleé); pero igualmente por el tiempo perdí algunas buenas opciones como disfrutar mas del set de Laurent Garnier o Diplo; es el costo de oportunidad en los festivales.
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