Parodia fraternal

THE FIERY FURNACES - "Bitter Tea" (2006) / Fat Possum

Los hermanos Friedberger llevan unos pocos años tocando y experimentando con cada nuevo álbum o EP al que se enfrentan y yo ni caso. Nacidos en Illinois, no dudaron en afincarse en la prolífica Gran Manzana, mismo lugar de donde vienen las propuestas menos convencionales de la música actual.

Lo primero que oí de ellos venía del "Blueberry Boat" (2004) y me costaba entender las críticas favorables hacia lo que este dúo ofrecía. Pero, como ya se me hace patente, una escucha radial (esta vez en AccuRadio ) me hizo por un momento recapacitar en mis apreciaciones. La canción culpable de lo mismo fue Benton Harbor Blues, tal vez lo más accesible que esta banda haya compuesto a la fecha. Así que ipsofacto a internet a buscar el resto del álbum, a ver que tan cierta era la cosa. El asunto es que luego de una primera y apurada escucha, no pude si no acogerme únicamente al tema que me animó a darles una chance, que además, en esa versión, solo estaba al final del CD, a manera de bonus track. Casi todo lo demás fue como un sopapo.

Parece que el señor Matt no se anda con chiquitas a la hora de meterle arreglos y deformar todo lo que en principio podrían ser melodías amables, canciones de pop simple y sin florituras. Las guitarras acústicas de antes ya ni están. Todo son teclados que parecen de juguete y efectos de sonido espacial. In my little thatched hut suena tétrica, psicodélica y, al mismo tiempo, a canción de algún villano de la Marvel. Eleanor canta a veces como jadeando, como si la estuvieran persiguiendo. Y de nuevo los efectos rarísimos. Los cambios de ritmos inesperados se suceden unos a otros. Luego Matt nos canta al revés, como burlándose de esos mitos que decían que si al Hotel California de los Eagles lo escuchabas al revés se escuchan mensajes satánicos ¡Y todo eso en una sola canción! I'm in no mood sigue la misma nota igual de tétrica, como una segunda parte de la anterior, dando hacia el final la apertura de la triste balada que es Black-hearted boy. La canción que da nombre al álbum es decididamente oriental y tiene una introducción que parece broma. Teach me sweetheart es una de las cumbres del artefacto en cuestión, en donde los cambios se suceden, digamos, de forma más natural. Pero no es hasta The Vietnamese telephone minis (el nombre lo dice todo) en donde ya se les termina de ir la olla a Matt y Eleanor. Esa sí que no hay por donde cogerla, al igual que Oh Sweet Words, donde hasta tributo a Billy Jean le meten o Whistle Rhapsody, especie de Pink Floyd o (claro) Queen revisitado, con un insoportable pitido al medio de la misma ¡Cuidado con los tímpanos!

Ahora, si te saltas lo anterior seguramente que igual de entrada tampoco te guste, pero cuando menos lo pienses y sin darte cuenta te pondrás a dar bailecitos estúpidos al compás de Bitter Tea o Borneo.







Ver video arquitectónico aquí

  1. Comment by Anonymous on Jul 30, 2007, 5:06:00 AM  

    Pues a mi me gusto mucho. Es un disco muy enfermo y hace mucho tiempo buscaba algo asi, gracias a vos que si no nunca me hubiera enterado de esta banda.

    vvzzz cambio y fuera vvzzz

  2. Comment by suitaloon on Aug 7, 2007, 7:59:00 AM  

    Gracias a ti, andy, por el feedback. Por si no lo sabes el nuevo disco de estos ya se coló por internet. Cliquea aquí. A mi me ha decepcionado un poco, a lo mejor tu piensas distinto.